Espacio de encuentro con uno mismo, con el otro y con todo lo que rodea al aprendiz. Momento donde se regala al cuerpo la oportunidad de esa búsqueda del movimiento personal, desde lo orgánico, lo propio y lo sensitivo.

Aprendizaje que parte desde el centro corporal, hacia el manejo de las extremidades, la fuerza de la gravedad, los equilibrios y desequilibrios, las contracciones, las suspensiones y las caídas. Centro móvil que se mueve de manera libre y que dibuja en el espacio, un sinfín de figuras que permiten al bailarín explorar el cuerpo desde diferentes niveles y energias, a partir de movimientos que van desde lo más estilizados hasta lo más cotidianos.

Encuentros con el suelo, con el aire y con el otro. Sentirse, sentir al otro y sentirse entre todos. Miradas, encuentros y momentos para sostenerse, controlarse, manipularse y conocerse. Momentos para ser uno con uno mismo y uno con el otro.